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La inflamación del oído medio se da como consecuencia de la comunicación con los conductos rinofaríngeos que en invierno presentan mucosidad y agentes patógenos propios de los cuadros gripales o alergias y que llegan hasta el conducto auditivo.

 

A pesar de que en el imaginario la otitis es una enfermedad de verano, durante el invierno la inflamación del conducto auditivo medio es altamente frecuente debido a los cuadros gripales que afectan las vías áreas superiores que se encuentran conectadas al oído medio, aseguraron hoy especialistas. 

"Llamamos otitis a un genérico, pero existe una diferencia entre las otitis de verano, que son las que se producen en el oído o pabellón externo producto de los gérmenes que, por ejemplo, se encuentran en las piletas, y las de invierno que se dan en el oído medio", indicó a Télam Juan Carlos Razetti, jefe de otorrinolaringología infantil del Hospital Italiano de Buenos Aires.

La inflamación del oído medio se da como consecuencia de la comunicación con los conductos rinofaríngeos que en invierno presentan mucosidad y agentes patógenos propios de los cuadros gripales o alergias y que llegan hasta el conducto auditivo, según el especialista.

"Esta enfermedad, que es altamente frecuente durante el invierno, suele darse más en niños de entre dos y seis años que pueden presentar más de cuatro catarros de las vías superiores por temporada invernal", explicó.

Osvaldo Cáceres Narizzano integrante del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Clinicas, sostuvo que además de enfermarse más frecuentemente "los niños y niñas tienen anatómicamente la trompa de Eustaquio, es decir el conducto que va al oído, en forma menos vertical que los adultos por lo que el moco drena con más dificultad, más allá que pueden presentar adenoides agrandados".

Si bien todas las otitis medias agudas presentan como característica dolor, Narizzano describió que existe una variante que es la supurativa, en la que el moco presiona el tímpano hasta romperlo y el oído comienza a supurar; y otra que se denomina efusiva, en la que el tímpano queda inalterable y el moco se acumula en la parte media produciendo sensación de sordera.

Una vez presentado el cuadro y realizado el diagnóstico, el tratamiento depende de cada situación: "Existe un 60 ó 70 por ciento de las otitis medias que revierten sin antibiótico. Lo ideal teniendo en cuenta el mal uso que se realiza de los antibióticos sería aguardar la evolución, a menos que se trate de pacientes muy pequeños, de menos de un año", describió Razetti.

"A las 48 horas se debería volver a ver al paciente y evaluar si es necesario el antinbiótico. Es importante que las personas no se asusten con la otitis supurativas, por que el tímpano es una membrana que se reconstituye en más del 95 por ciento de los casos", agregó.

A diferencia de la prevención de la otitis externa, para la que se indica secar los oídos o utilizar una gota de alcohol boricado, las medidas que pueden tomarse para evitar las otitis medias son más inespecíficas y se vinculan con los cuidados de la salud en general.

"Para la prevención es importante evitar los cambios bruscos de temperatura y garantizar que se alimenten bien para reforzar sus defensas, en el caso de los lactantes tener en cuenta que la leche materna es el mejor alimento; también hay que evitar hacinamiento y lugares con fumadores", recomendó por su parte Ezequiel Laborde, médico de Otorrinolaringología del Hospital Británico y asesor de GAES Centros Auditivos.

Aunque no es tan frecuente en los adultos como en los niños, ciertas bacterias productoras de neumonía pueden afectar simultáneamente al oído medio, según Laborde.

En referencia a los niños, Razetti recordó que "es importante que aprenda a sacar el moco, para ello puede ayudarse con spray nasales e insistir como para que el moco no quede en las vías respiratorias; también hidratarse ayuda a fluidificar la mucosidad".

Laborde indicó que en todos los casos "es importante mantener una buena higiene externa, pero nunca introducir hisopos u otros objetos en los oídos, ni mucho menos realizar lavajes por el riesgo de otitis externa maligna (sobre todo en pacientes diabéticos o inmunosuprimidos)". 

El especialista recomendó que "después de haber pasado una otitis o cualquier tipo de infección del oído, es recomendable una revisión auditiva para comprobar si pudo haber afectado a la audición".

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